El Tetumbo de Carrizo

Aunque el Antruejo celebrado en Carrizo de la Ribera no difiere en gran medida del de los pueblos limítrofes de la comarca del Alto Órbigo, algunos tan conocidos como los de Llamas de la Ribera o Velilla de la Reina, tiene algunos elementos particulares como es éste del Tetumbo.

 

Su morfología, no obstante, no se diferencia mucho de otras manifestaciones teatrales satíricas, como las relaciones, comedias, etc. que se dan a lo largo de la geografía peninsular dentro del ciclo de fiestas que van desde la Navidad al Carnaval.

El Antruejo o el Carnaval tradicional, dentro de la que se encuentra esta celebración, se halla enraizado en las sociedades agrícolas y ganaderas de las que surge. La vinculación de estas sociedades con los ritmos vitales de los animales y las plantas, hace del Carnaval una fiesta relacionada directamente con el cambio de estaciones: después de la muerte invernal renace la primavera dando origen a un nuevo ciclo anual. Como fiesta de paso de año, el Antruejo es el momento apropiado para hacer balance de lo sucedido durante el ciclo pasado.

Durante el Carnaval, las relaciones, comedias, coplas, etc., son una forma de recordar de forma jocosa aquellos acontecimientos que marcaron un hito en el discurrir del tiempo de las sociedades que los celebran. El cerdo que se escapa de los que le sujetan, aquel vecino que file sorprendido en un acto «humillante» o una riña entre paisanos pueden ser motivos suficientes para ser recordados por los vecinos del lugar con alguna copla que no siempre se halla descargada de su correspondiente crítica social, irreverencia o incitación a la sensualidad, como corresponde al carácter mismo del Carnaval. La celebración que aquí nos ocupa responde a esta forma e intenciones.

El Tetumbo de Carrizo de la Ribera es una composición poética que puede ser expresada bien oralmente, recitada o cantada en un contexto teatral o bien por escrito en forma de hojas volanderas. El contenido de esta composición, como indica su tan significativo nombre, es jocoso, cuando no satírico, y responde a hechos destacados sucedidos durante el año en la comunidad.

 

TETUMBO ORAL

 

El viernes anterior al Martes de Carnaval, conocido en Carrizo como Viernes Aryeiro, salían los mozos ataviados con los disfraces habituales de esas fechas, fabricados con los materiales que tenían más a mano como pieles de animales o sacos, y acompañados de La Tarara, personaje femenino que consistía en un muñeco sujeto a un poste móvil (con la forma de un mayo) y subido en un carro, el poste era movido por uno de los mozos con los pies mientras permanecía tumbado en el carro.

A este personaje se le iban cantando las conocidas coplas dedicadas a la Tarara: «Dice la Tarara que no tiene novio/y debajo de la cama tiene a San Antonio», «Tiene la Tarara un garbanzo en el culo/ acudid mocitos que ya está maduro», etc.

Los mozos recorrían el pueblo deteniéndose ante las casas de los vecinos que iban a ser increpados, donde hacían sonar unas trompas hechas de caña o cartulina además de instrumentos como cencerros, tambores caseros, etc. y a continuación se recitaba o cantaba el Tetumbo.

La representación se acompañaba entre estrofa y estrofa o en sus estribillos por el sonido de las trompas que trataban de amoldarse a la melodía si el Tetumbo era una canción.

La composición, hecha por alguno de los participantes dotado de especial talento para ello, trataba de algún suceso relacionado con el vecino que habitaba en la casa ante la que cantaban los mozos.

TETUMBO ESCRITO

 

Otra modalidad de Tetumbo es la escrita, muchas veces porque el autor trata de permanecer en un riguroso anonimato. Durante los días próximos a Carnaval aparecen en ocasiones estas composiciones en papeles situados en donde puedan ser vistos por los vecinos (en los bares, fijados a las paredes o arrojados por las calles). Su temática es prácticamente la misma que la de los Tetumbos recitados o cantados aunque en ocasiones puede ser más delicada y no suele ser infrecuente que aludan a cuestiones políticas.

El Tetumbo fue una de esas celebraciones carnavalescas que de alguna manera consiguió burlar el declive y práctica desaparición del Antruejo durante la posguerra con la aparición ocasional de alguna de estas obras generalmente escritas y anónimas. No obstante en la actualidad, con la revitalización en Carrizo de la Ribera del Carnaval tradicional a partir de los años noventa, se ha recuperado en algunas ocasiones la versión teatral del Tetumbo

 

(INFORMACIÓN TOMADA DE LA REVISTA FOLKLORE, CAJA ESPAÑA, FUNDACIÓN JOAQUÍN DÍAZ. AUTOR: ALBERTO FLECHA PÉREZ)